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❝El tiempo puede ser vida o muerte, destrucción o creacción, convertirte en memoria o en polvo❞

 

 

Hace miles de años, en la fecha conocida como año 0, una guerra estalló en el mundo poniendo en peligro su supervivencia. Hasta entonces nadie sabía la existencia del llamado reloj universal que contenía el tiempo del mundo y controlaba tanto su avance como su regularidad. Los llamados doce guardianes se encargaban proteger y controlar la noción del tiempo para que no hubiese ninguna anomalía que pudiese afectar al presente. Sin embargo el reloj que custodiaban los guardianes cayó en malas manos y el tiempo sufrió un desvarío en el pasado que, en consecuencia, cambió el presente y el futuro hasta el punto de hacer quebrar la existencia. Los nombrados doce guardianes y el nombrado Fobos -o “el pánico”- comenzaron una batalla cuyas secuelas aún se verían a día de hoy: tierras deshabitadas, miles de muertes y una destrucción devastadora.

 

El nombre se convertiría en palabra tabú incluso con el paso de los años: El Pánico o Fobos, siendo común escuchar dichos tales como “que no cunda El Pánico” o “que no vuelva El Pánico”. Llegada la situación a puntos extremos el Dios Cronos que se había mantenido imparcial hasta el momento bajó a la tierra y decidió poner orden: acabó con Fobos y lo encerró en una esmeralda desterrándolo a la profundidad de los mares, además de crear una tierra llamada Cronogea que serviría como lugar de protección para el reloj universal.

 

La tierra conocida como Cronogea se convertiría en una nación donde aparecerían reinos que estarían encargados de salvaguardar la seguridad del tiempo y del reloj. Los guardianes que sobrevivieron se repartirían entre esos reinos como consejeros o los mismos monarcas, esperando a que nuevos guardianes apareciesen como sustitutos de las bajas en la guerra. Actualmente solo el Dios Cronos, ubicado en uno de los reinos, y los guardianes conocen la verdadera ubicación del reloj y, por ende, del tiempo del mundo.

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